La luz es un elemento esencial a la hora de configurar un espacio de trabajo.
Un correcto tratamiento de la luz en un entorno de trabajo permite incrementar la capacidad de concentración de las personas y equipos.
Aspectos normativos y psicológicos deberían convivir en todo proyecto de iluminación, adaptando temperatura de color, reflexión, intensidad y dirección a cada una de las situaciones que nos encontramos en un espacio de trabajo.
Luz ambiental, decorativa, de apoyo, para trabajar, para concentrarse, para reunirse, para relajarse.
La luz no ha de ser homogénea en el espacio, sino dinámica y adaptable a los ciclos de la luz natural y ritmos biológicos.