La narrativa de la luz

iluminación arquitectónica

09/ 01/ 2024

3 min. Lec

La luz arquitectónica puede narrar y crear identidad.

Prestando atención a la calidad del diseño de iluminación, tenemos en cuenta el significado de la luz y la sombra dentro del proceso de diseño, que conduce a soluciones más sostenibles. Hablamos de una optimización que va más allá de los factores económicos y de rendimiento energético, la eficiencia o la visibilidad que tanto se ha discutido desde que apareció la tecnología LED.

Estos conceptos son solo la primera exigencia y hoy en día hay que añadir un componente cualitativo y no solo cuantitativo. Se trata de una optimización a nivel de salud, de experiencia y de calidad. Según esta tendencia la luz arquitectónica puede narrar y crear identidad.

iluminación exterior

En imagen: Iluminación diaria vs Iluminación en días de partido | Propuesta Diamante de Softball. Cali, Colombia. MCM lighting.

Una vez estudiados los elementos en la arquitectura que contribuyen a la imagen y atmósfera general, hay que tener en cuenta los dos elementos que supone el proceso del proyecto de iluminación:

1. Las luminarias como objetos de diseño que se deben integrar en la arquitectura

La luminaria en sí misma tiene una presencia visible que se puede interpretar como un icono de un estilo específico o una época concreta, que tiene que acompañar la arquitectura y completarla.

Se convierte en un símbolo con una identidad concreta.

2. La luz, con sus parámetros fotométricos, que crea diferentes efectos lumínicos según la intención

La luz emitida con su patrón característico según el contexto y el momento. Para exigir un proyecto de diseño de iluminación de calidad, no basta con tener una buena concepción o excelentes ideas para iluminar la arquitectura. Consiste en:

  • Planificar las intenciones y la atmósfera que queremos crear para transmitir emociones y crear un tipo de experiencia concreta.
  • Asignar efectos lumínicos según el ambiente que queremos crear: contrastes suaves o fuertes, luz blanca o de color, movimiento o luz estática…
  • Traducir lo anterior en símbolos, números, ideogramas y signos teniendo en cuenta los parámetros fotométricos de la luz (temperaturas de color en el espectro, intensidad, rendimiento de los colores, posicionamiento etc). Podríamos compararlo con una partitura, que es la herramienta que tiene el arte de la música de ser escrita y luego reproducida.
  • Elegir luminarias, accesorios, implementación en el espacio etc. Hace falta conocer las características técnicas de las luminarias y los equipos que nos permitan ejecutar nuestras propuestas. Los elementos técnicos deben estar a voluntad de las necesidades expresivas del proyecto de iluminación para convertirlo en herramienta narrativa. Teniendo en cuenta la parte cualitativa de la luz y no solo la cuantitativa.

Hay quienes piensan que este es un método demasiado técnico para ser artístico. Prefieren crear sus diseños de iluminación de manera espontánea o usando el proceso de prueba y error. En mi opinión, los dos enfoques son válidos y que el uso de ambos en los proyectos es una buena combinación.

La luz es empírica y caprichosa, por lo que siempre nos puede sorprender con nuevos efectos lumínicos cuando interactúa con los objetos, los materiales y texturas, el espacio y el usuario como observador.

Nunca deberíamos dejar de experimentar con la luz ya que siempre nos puede sorprender.

Pero ante esa nueva sorpresa, luego deberíamos traducirla en el lenguaje técnico descrito, para poder reproducirla de manera voluntaria. 

De esta manera, ese descubrimiento lo convertimos en una herramienta más en servicio del diseño de iluminación de calidad que es capaz de ambientar, narrar y crear experiencia.

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