A la hora de pensar, concebir o diseñar la iluminación interior de una vivienda, es importante tener en consideración a las personas que habitan en ella, que puedan llevar a cabo sus estilos de vida y sientan un verdadero confort lumínico.
Haciendo uso de una correcta iluminación se consiguen efectos y resultados muy interesantes, como acentuar determinados colores, destacar texturas, detalles característicos de la arquitectura o ampliar espacio. Tenemos que determinar de
manera selectiva los elementos a resaltar.
En las viviendas la luz delimita espacios y genera diferentes ambientes, en función del uso. Con conos de luz intensiva podemos resaltar aspectos decorativos como esculturas o cuadros. Cada vez es más habitual utilizar en viviendas raíles electrificados para adaptar la iluminación a nuevas disposiciones
de mobiliario o decoración.
En proyectos residenciales podemos recurrir a diferentes tipos de iluminación que permitirán aportar matices, puntos de atención característicos y una funcionalidad muy concreta que respondan a las necesidades del usuario: el confort, la capacidad de la visión y la orientación, entre otros.
Por un lado hemos de considerar la iluminación de ambiente, referida a la iluminación uniforme de una habitación en todo su volumen.