Si nos preguntamos qué es lo que hace que nuestro lugar de trabajo nos resulte atractivo serían muchos los factores que podríamos enumerar, todos ellos relacionados con nuestro bienestar individual y colectivo.
1- La correcta iluminación según la actividad que en cada momento realizamos (una reunión, un trabajo aislado de concentración, una presentación acción proyectada, un brainstorming, la hora de la comida…)
2- Un adecuado tratamiento del ruido como factor distorsionador de nuestra capacidad de concentración cuando estamos solos o reunidos.
3- La temperatura adecuada en cada momento del día y del año.
4- La humedad y la calidad del aire que respiramos.
5- El confort ergonómico de nuestra silla y/o nuestra mesa de trabajo.
6- La conectividad a la tecnología, sin interrupciones, en cualquier lugar donde me encuentre de mi edificio.
7- La imagen y el diseño del mobiliario, la señalética, el atrezzo de la oficina.
8- Otros aspectos tan o más importantes que los anteriores, como son los tiempos y la modalidad de desplazamiento a nuestro lugar de trabajo, la accesibilidad al aparcamiento, la disponibilidad de centros de compra u ocio cerca del trabajo..
En este contexto un hecho verdaderamente crítico hoy en las organizaciones es que los nuevos trabajadores del conocimiento puedan disponer de espacios adecuados de concentración y reunión, que faciliten la interacción entre individuos, equipos y tecnología en un entorno agradable, flexible, funcional y reconfigurable. Se trata de potenciar y maximizar la capacidad intelectual, productiva y creativa de sus empleados para el beneficio de la organización y el propio individuo.
Se trata de generar bienestar como motor de productividad y de retención del talento. Como consecuencia, el diseño de los espacios de trabajo nada tiene que ver con lo que hace tan sólo 6-7 años nos encontrábamos cada vez que nos enfrentábamos a un nuevo proyecto y su evolución hacia formas y espacios fluidos es cada vez más veloz. Desaparece “mi despacho” , desaparece “mi mesa”, desaparece “la sala de reunión”, y surgen phone booths, salas ágora, office donde se trabaja, salas de reuniones abiertas, salas de reunión sin mesa de reunión, sistemas de control de salas y accesos, zonas polivalentes, salas de innovación….
La oficina está mutando de la misma que la sociedad está transformándose y evolucionando. La forma en que las personas nos relacionamos y comunicamos, las exigencias de las nuevas formas de trabajo, las nuevas generaciones, la necesidad de transferir con fluidez e inmediatez el conocimiento colectivo en las organizaciones, obligan a cambiar el diseño de los edificios corporativos y los espacios de trabajo. Es un fenómeno relativamente nuevo y que hasta ahora se aplicaba a las grandes corporaciones, pero que ya se implanta en organizaciones medianas y en pequeñas empresas.
Nosotros, desde nuestra modesta visión, y gracias a la colaboración que mantenemos con nuestros Partners internacionales, te ofrecemos una batería de ideas para equipar estos espacios, y por ello te invitamos a consultar esta selección que hemos preparado para ti.
Descárgate el catálogo de espacios colaborativos
¿Sumamos?