La iluminación, parte de lo sensorial

04/ 05/ 2022

8 min. Lec

Sabemos que sin luz no podríamos vivir. Todos los seres vivos la necesitamos para crecer, desarrollarnos y, por qué no, recargar nuestras “pilas”.

Cuando valoramos cómo nos afecta la luz y la iluminación en nuestro bienestar, debemos tener en cuenta numerosos factores y aspectos. Algunos de ellos fundamentales y que, en ciertas ocasiones, no se consideran.

El primero y más importante, es lo que llamamos Ritmo Circadiano*. En el cual, la iluminación juega un papel fundamental. Estudios demuestran que la adaptación de la iluminación o un uso correcto de la misma, puede mejorar infinitamente a pacientes que sufren distintas dolencias, tanto físicas como psicológicas, es su “fuente de energía”.

* (DEF. RAE1. adj. Perteneciente o relativo a un período de aproximadamente 24 horas. Se aplica especialmente a ciertos fenómenos biológicos que ocurren rítmicamente alrededor de la misma hora, como la sucesión de vigilia y sueño

Se considera que el ciclo de luz-oscuridad es el mayor sincronizador del ritmo circadiano: la luz que entra por nuestra retina le manda una señal al cerebro que le ordena controlar la producción de melatonina, hormona que induce al sueño, aumentándola durante la noche y disminuyéndola durante el día en nuestro ciclo de 24 horas. Lo que nos lleva a pensar de qué manera nos afecta psicológicamente la iluminación. 

Os planteo una cuestión, parece sencilla, pero puede que nunca hayas caído en ella: 

¿Has entrado alguna vez en una habitación y, sin haber llegado a adaptarte a la misma, has tenido sensación de frío o calor?, ¿has sentido que algo te incomodaba o no era confortable? 

En este caso en particular, el color de la luz juega un papel importante en nuestra primera impresión, en la percepción del lugar. Aunque no se relacione con la propia temperatura de la habitación, un espacio iluminado con luz cálida, en un primer momento nos transmitirá una sensación placentera de permanencia, calidez. Sin embargo, iluminar con luz fría nos invitará a tener los sentidos alerta, movernos más rápido, y con ello a permanecer menos tiempo en el mismo lugar.

Los seres humanos vivimos a base de sensaciones y percepciones de nuestro entorno. Constantemente recibimos alertas y mensajes. En esto la iluminación juega un papel importantísimo ya que puede evocarnos recuerdos de nuestras vivencias pasadas. La luz cálida, por ejemplo, es algo acogedor que puede transportarte un momento que para ti sea significativo o relevante, puede afectar a tu vida. 

El conseguir que vivamos o sintamos experiencias, es en lo que se basa un buen concepto lumínico, el buen uso de la iluminación. Ser capaces de que, a través de la luz, las personas perciban espacios, formas y colores, pero lo más importante, sobre todo en un mundo donde recibimos diariamente millones de estímulos, podamos crear memorias y vivencias, tanto visuales como cognitivas.

Richard Kelly (1910-1977) fue un pionero de los proyectos de iluminación cualitativos. Establecía un concepto importante, entre otros, para el diseño de iluminación que hoy en día aún nos acompaña: “Play of Brillants”. Un término que hace referencia a la luz para contemplar, cómo el ser humano, con sus necesidades, como factor activo en la percepción, y ya no solo como un simple perceptor del entorno visual, haciéndonos miembros activos de nuestro alrededor.

Con todo esto podemos establecer que la iluminación juega un papel fundamental para el ser humano, tanto como el sonido o las cosas que nos rodean, ayudándonos en nuestra vivencia de un todo. 

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