Las condiciones ambientales en el rendimiento y la productividad laboral

04/ 05/ 2022

6 min. Lec

El rendimiento de un trabajador está vinculado a diferentes factores y, entre ellos, el ambiente de trabajo.

Para lograr una plena productividad se debe trabajar en un entorno cómodo que reúna las adecuadas condiciones para desarrollar la actividad.

Un aspecto importante a tener en cuenta en el área de trabajo es la iluminación, que no solo afecta a nuestra visión y puede perjudicarnos en nuestro trabajo, sino también a nuestro estado de ánimo a lo largo del día.

La iluminación es un elemento decisivo: en un espacio iluminado de forma adecuada el rendimiento se optimiza, mientras que, si la luz es deficiente, aumenta la sensación de fatiga o sueño, lo que repercute de manera negativa en las tareas a realizar.

Por lo tanto, si la iluminación es deficiente, aumenta la posibilidad de que los trabajadores cometan fallos y, como consecuencia, puedan producirse accidentes; y no solo eso, también provoca fatiga visual, que deriva en otros problemas como cefalea, cansancio, irritabilidad, mal humor y pesadez ocular. La luz, natural o artificial, debe ser clara y nítida para realizar un buen trabajo. Es así por lo que, de manera general, un adecuado diseño de la luminosidad permite:

  1. Mejorar la productividad.
  2. Mejorar el rendimiento de los trabajadores.
  3. Crear un entorno laboral adecuado y positivo.

Otro aspecto importante que influye en el rendimiento laboral es el ruido. El ruido es una de las principales causas de insatisfacción y pérdida de productividad en el lugar de trabajo y el impacto psicológico del ruido se siente más a menudo en entornos de oficina. 

El Real Decreto 286/2006, de 10 de marzo, es el que regula la protección de la salud contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido, que afecta tanto al rendimiento laboral como al bienestar del personal en sus respectivos puestos de trabajo, ocasionando taquicardia, aceleración del ritmo respiratorio, cefalea, mal humor, desconcentración, ansiedad, irritabilidad, interferencias con la actividad y con la comunicación, e incremento de errores y de la duración en la realización de tareas.

Hoy en día, múltiples empresas apuestan por un espacio acústicamente aceptable, mejorando la salud laboral y obteniendo así de manera positiva buenos resultados y una mejora en la productividad. Para ello, emplean medidas como controlar el nivel de presión sonora, utilizar materiales absorbentes, paneles acústicos para techos y paredes, y formación y sensibilización del personal sobre los efectos del ruido en la salud y en la convivencia.

Otro de los factores a tener en cuenta en el entorno laboral es el aire; este es un factor muy importante que hay que tener presente a la hora de analizar el rendimiento laboral. Hoy en día, hay numerosos estudios sobre los vínculos entre la calidad del aire y la salud; entre ellos, una publicación de Harvard Business Review, la cual demuestra una relación clara entre la mejora de la ventilación y la función cognitiva de los trabajadores.

Los investigadores de la publicación mencionada realizaron un estudio con trabajadores en un ambiente controlado, donde variaron las condiciones de calidad del aire (desde condiciones típicas que apenas cumplían con los estándares mínimos, hasta condiciones optimizadas con niveles de ventilación adecuados) y midieron los cambios en el comportamiento y el rendimiento. El resultado fue que el aire de baja calidad puede empeorar el estado de ánimo, el rendimiento y también favorecer a la aparición de enfermedades. Para prevenir estos problemas, la mejor opción es apostar por una buena ventilación en el trabajo.

«Una buena calidad del aire puede mejorar la productividad en un 10%».

Científicos de la Universidad Técnica de Dinamarca.

Es por ello que, sin duda alguna, mejorar el sistema de ventilación en las empresas podría mejorar aún más la producción diaria.

No obstante, el principal motivo por el que es necesario un sistema de ventilación adecuado en lugares de trabajo es la salud de los trabajadores, lo que sigue siendo positivo para las empresas, ya que, respirando un aire de calidad, disminuye el contagio de enfermedades, lo que supone también un descenso en las bajas laborales.

Los efectos negativos de una mala calidad de aire se identifican con la sensación de agotamiento, ahogo, fatiga, peores habilidades cognitivas, aumento de posibilidad de aparecer reacciones alérgicas, irritación de garganta y escozor en los ojos.

Además, la temperatura en interiores no ha de ser ni muy elevada en invierno ni muy baja en verano.

Si logramos controlar la ventilación y la temperatura en el trabajo podremos mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, y aumentaremos su rendimiento y productividad. 

Aunque para muchas personas el rendimiento y la productividad laboral es lo mismo, es muy interesante distinguir entre uno y el otro, considerando el rendimiento como un conjunto de conductas o acciones empleadas para lograr resultados, mientras que la productividad se refiere a los resultados propiamente dichos.

Todos sabemos, por nuestra experiencia laboral, que son muchos los factores que afectan a nuestro rendimiento. En ocasiones, esos factores están ligados a problemas personales por los que atravesamos en determinados momentos de nuestra vida, que no vamos a analizar aquí.

En conclusión, existen múltiples causas en el entorno laboral que pueden producir disminución de rendimiento y de productividad, generando también estrés y tensión laboral, lo que, a su vez, genera reacciones psicológicas que dan lugar a una disminución de capacidad en el puesto de trabajo, conduciendo incluso al absentismo laboral.

Por el contrario, cuando los profesionales se encuentran con un entorno positivo presentan un mayor compromiso, implicación y proactividad con la empresa y sus valores. 

Para garantizar un entorno de trabajo agradable, pueden desarrollarse acciones como la renovación en los equipos de trabajo, la apuesta por la formación de los trabajadores para adquirir y desempeñar nuevas competencias, o el impulso de programas para potenciar el rendimiento o fomentar la motivación, la inteligencia emocional y el empoderamiento.

En definitiva, las empresas deben ser conscientes de que cuidar de la salud física y emocional de los trabajadores es sinónimo de cuidar de la salud de la organización y es una de las claves para retener el talento e incrementar el compromiso y la productividad de los trabajadores, y con ello, contribuir a un crecimiento mayor y más sostenible de las compañías.

«Unión de Mutuas es una mutua colaboradora con la Seguridad Social, nº 267, de ámbito nacional, que gestiona las prestaciones económicas y la asistencia sanitaria con el fin de mejorar la salud laboral en las empresas mutualistas y contribuir a la sostenibilidad del sistema. Promovemos la prevención de riesgos laborales para contribuir a la reducción de la siniestralidad y del absentismo laboral. La satisfacción de nuestros grupos de interés es el impulsor de nuestra estrategia que, se centra en la búsqueda de la excelencia y el buen gobierno, para ofrecer siempre la máxima calidad y alcanzar los más altos niveles de satisfacción.» Silvina López Gómez (Directora Territorial Gestión zonas Centro, Norte y Sur)


 

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